Infinitivo pessoal o «infinitivo personal» en español
Ma Eugenia Mangialavori
1. Introducción
En esta breve nota prestamos atención a una construcción gramatical que puede resultar problemática en la adquisición y aprendizaje del español para luso-parlantes (como lengua prevalente o L1). Pensamos, en particular, en hablantes brasileños que frecuentan las aulas de nuestras instituciones universitarias y que necesitan adquirir un nivel aceptable de español para poder desenvolverse en sus estudios, tanto sea grado como de posgrado.
La construcción a la que aludimos es la del llamado infinitivo pessoal (‘infinitivo personal’ en español). Esta forma revela particularidades puntuales de la gramática del portugués que pueden tender a transferirse y hace así más complejo el proceso de enseñanza/comprensión de la gramática española.
El punto de interés está dado en cuanto a cómo y en qué medida esta estructuración gramatical se diferencia de la correspondiente en la gramática del español.[1]
1.2. Enfoque
La enseñanza/aprendizaje de una segunda lengua—en nuestro caso, el español—se sostiene, en gran medida, en lo que aporta una perspectiva teórica. Un caso importante, especialmente a fines de manejo de errores, es la visión contrastiva/comparativa. La relevancia de esta perspectiva es visible sobre todo cuando se trata de abordar casos puntuales. Es, además, necesario tener en cuenta que el alumno de una segunda lengua se aproxima a ésta con un bagaje previo, en gran medida determinado por las estructuras que lleva sistematizadas en su propia lengua. En consecuencia, y en la medida de lo posible, el conocimiento por parte del docente de las semejanzas y diferencias entre ambas lenguas afectadas—el español y la propia del aprendiz (portugués, en lo que estamos tratando)—favorecerá ampliamente el desarrollo de las clases de ELE, en tanto el enseñante estará en condiciones de explicar contrastes y particularidades del español en relación a la L1 del alumno.
Fundamentalmente, este tipo de conocimiento abre una vía clave en el problema que supone la predicción y la explicación de errores; esto es, en la posibilidad de que el docente pueda resolver de manera sencilla ciertas dificultades esperables en el proceso de aprendizaje del español, y así pueda proporcionar al alumno explicaciones más eficientes y claras. Para ello, se supone que deben estar expuestos y ser claramente identificables los aspectos gramaticales de la lengua propia (materna o L1) del alumno como base indispensable para una clara exposición de los aspectos de la gramática extranjera o L2 que lo preocupa, y así contribuir a un proceso de aprendizaje más accesible y justificado.
En lo que sigue, hacemos una presentación general de las construcciones con infinitivo personal e impersonal para luego detenernos en el SE infinitivo personal, el punto central de este trabajo. A los fines de exponer el fenómeno básico, nos concentraremos en las formas que ocupan la posición de completiva transitiva en la estructura de la sintaxis oracional.
1. Infinitivo personal en portugués
Proponemos comenzar por revisar—en muy grandes términos—qué entendemos por infinitivo.
Las descripciones, definiciones y explicaciones acerca del infinitivo abundan en las gramáticas, tanto las tradicionales como las más recientes. En términos más informales, más prácticos, podríamos decir que el infinitivo se caracteriza por ser una variante del verbo sin expresión explícita (morfofonológica) de rasgos de tiempo, aspecto ni persona. En todo caso, la recuperación de un participante (el referente de un argumento) morfosintácticamente y fonológicamente no explicitado en la acción puede, o bien definirse en el contexto más general (ya sea gramatical, extragramatical, o extralingüístico) en el que aparecen, o bien quedar in- o sub-específicada. De hecho, uno de los usos frecuentes de esta forma tiene que ver con las expresiones genéricas, sin referencia a un ente o entidad definido o identificable.
- Te propongo [salir temprano].
- Es oportuno [salir temprano].
En ambos casos de (1), el infinitivo salir no comporta marca manifiesta de tiempo, número ni persona. Luego, no hay forma explícita—gramaticalmente—que exprese quién es o quiénes son los que van a salir. Sin embargo, en (1)a la referencia—cuál es el participante involucrado—puede recuperarse a partir de una marca deíctica: aquélla que supone la primera persona indicada por te. En consecuencia, el sujeto de salir puede ser interpretado como segunda persona singular, o, alternativamente, como primera persona plural (plural inclusivo). No es así en el caso (1)b que, por el contrario, no permite una referencia gramatical precisa dada la falta de marcas, por caso, morfosintácticas, que orienten la interpretación y la recuperación del referente—esto es, quién(es) saldrá(n) temprano—.
No obstante, lo interesante es que, en portugués, y a diferencia del español, el hablante nativo dispone de dos tipos de infinitivo. La relevancia de este fenómeno es tal que los estudios gramaticales de referencia—incluso los más básicos, incluyendo a las gramáticas y propuestas informales online—dan extensiva cuenta de ello. La opción entre infinitivo impessoal y pessoal marca una alternativa morfoflexiva sin paralelo en español y, por ende, un patrón morfogramatical que, desde la perspectiva ELE, debemos tener en cuenta. En síntesis, el problema que nos ocupa es que, en determinadas instancias, el hablante de portugués recurrirá a estructuras no disponibles en el español. Puntualmente, las formas infinitivas con marcas de persona y número. Esto ocurre independientemente de que del sujeto esté expreso en la oración, o bien cuando el referente del sujeto es diferente del de la oración principal. Se trata de una forma verbal que, en contraste, en español no tiene marcaje diferenciado, sensible al referente. Estamos así ante diferencias importantes determinadas por las herramientas morfosintácticas disponibles en una lengua y (no) en otra. De forma similar a otras lenguas, pero diferente a varias otras lenguas romances, en español la flexión del infinitivo es homogénea, invariable, neutra, sin posibilidad de realización evidente en la morfología.
A su vez y en correlación con lo expuesto, otro punto de no menor importancia es el siguiente: en ciertos contextos, el hablante de portugués tiene una opción a utilizar el infinitivo cuando éste lleva un referente (sujeto) diferente de el del verbo principal. La norma en español es opuesta, en tanto estas condiciones determinan la realización del predicado en forma de cláusulas EN LAS QUE el infinitivo debe ser sustituido por una subordinada completiva introducida normalmente por pronombres como qué o si, como se ve en (2)
- Pienso /creo/considero … que no vino/vendrá.
- Pienso /creo/considero no venir.
En las españolas de (2), el sujeto de la oración principal es identificable como una primera persona singular (realizada por el pronombre ‘yo’, de acuerdo con la morfología flexiva del verbo). Sorpresivamente, esto también sucede en (b). ¿Por qué sucede esto? Simplemente porque, a falta de marca precisa, hay una recuperación del sujeto anclada en la última referencia gramatical disponible. Y ésa es, aquí, la primera persona manifestada por el verbo de la cláusula principal (pienso). En ambos casos (a-b) tenemos, como complemento del verbo, una construcción subordinada completiva. Ahora, si i analizamos las formas expuestas en (3), equivalentes en portugués a las de (2), aparece el problema que nos interesa destacar, esto es, el hecho de que en (3II), la completiva adopta el infinitivo, aun cuando el referente (sujeto) no coincide con el referente del sujeto de la cláusula principal. Gracias a los recursos morfosintácticos disponibles para un lusohablante, la primera persona singular en la principal puede discernir del referente del sujeto de infinitivo en la subordinada, marcado por persona y número. Lo que importa aquí es que, en consecuencia, es altamente esperable que, en un contexto similar, un aprendiente de español con L1 portugués probablemente tienda a buscar una fórmula infinitiva marcada con rasgo de persona y número. El problema es que se trata, como se sabe, de una combinación no disponible en nuestra lengua.
La pregunta siguiente será: ¿en qué contexto el español habilita la construcción de Infinitivo?
Para dar lugar a la respuesta, es importante mantener el foco en referencia tanto al sujeto de la cláusula principal, como de la subordinada. Como anticipábamos, en español, lo regular es el marcado de una diferencia entre sujeto con mismo referente que la cláusula principal, y sujeto con distinto referente—otro referente (participante) en la cláusula incrustada. En el primer caso (sujeto correferente) se espera un infinitivo en subordinación (e.g., YOquiero YOsalir). En el otro caso (sujeto no correferente) se establece por lo general una construcción con verbo témporoaspectualmente flexionado, combinado con un encabezador como que o si (YOquiero que ÉLsalga).[2] Es decir, las opciones no contemplan la tercera opción disponible en portugués (i.e., el infinitivo flexionado)
- Lamento não teres vindo. portugués
- Lamento você não ter vindo.
- *Lamento no haber-vos venido. español
- Lamento no haber venido.
En la práctica, una herramienta que puede ser simple e indicada para estos casos es la conversión de estructuras: el pasaje portugués/español, siempre que se lo acompañe de la consiguiente reflexión al respecto. De esta forma, logramos trabajar en el marco de la selección estructural y queda explicitada la correspondencia entre las dos lenguas.
2. Infinitivo impessoal (infinitivo impersonal)
El infinitivo impessoal (impersonal) es invariable, en el sentido de que aparece en una forma morfológicamente idéntica en todas sus ocurrencias. Esta variante no está relacionada morfológicamente con un sujeto gramatical explícito o, en términos de referencia semántica, con un participante específico en el evento. Veamos algunos ejemplos:
- É obrigatório lavar as mãos. portugués
Es obligatorio lavar(se) las manos. español[3]
- Claro que é obrigatório colocar a máscara.
Claro que es obligatorio colocarse el barbijo.
- É preciso e é obrigatório se colocar no lugar do cliente.
Es necesario poner(se) en el lugar del cliente.
- Mascara: ANTES DE COLOCAR É OBRIGATÓRIO HIGIENIZAR AS MÃOS.
Barbijo: antes de colocar(lo) es obligatorio higienizar(se) las manos.
- Também é obrigatório colocar se tem cônjuge ou companheiro.
También es obligatorio poner si (se) tiene cónyuge o compañero.
En términos generales, surgen, incluso a nivel intuitivo, algunas cuestiones. Una es que estos infinitivos, los llamados en la gramática del portugués ‘impersonales’ son en cierta forma idénticos a los del español (sin rasgos explícitos de persona, tiempo ni aspecto). Ambos aparecen en estructuras semántica y sintácticamente similares. En construcciones con otras características—especialmente relacionadas con la semántica léxico-construccional del verbo principal—la recuperación del referente es posible, pero estrictamente limitada a una interpretación relativa al sujeto de la cláusula principal. En este sentido, quizás el comportamiento del portugués en una mirada contrastiva con el español no parezca sorprendente. El punto importante surgirá, no obstante, en el paralelo crosslingüístico cuando se lo compara con el infinitivo personal. En este sentido, el portugués abriría la siguiente opción:
- É importante lavar as mãos para combater o Coronavírus. portugués
- Es importante lavar las manos para combatir el Coronavirus. español
- É importante lavarmos as mãos para combater o Coronavírus. portugués
Es importante lavar-nos las manos para combatir el Coronavirus. español (traducción literal)
‘Es importante [que nos lavemos las manos para combatir el Coronavirus’.
El infinitivo no flexionado también aparece como sujeto de una construcción—en muchos casos, atributivas (formadas con verbo ser, parecer, resultar con adjetivo)—descripción de una propiedad o característica—, disposicionales—disposición del referente a cierto comportamiento o característica—, o bien evidenciales—donde el dominio interpretativo está, en algún sentido, limitado, en tanto el hablante divide el dominio de posibles interpretaciones de acuerdo a sus expectativas, creencias o presuposiciones.[4] En efecto, esta construcción es muy frecuente y son numerosos los ejemplos, como vemos abajo.
- Errar é humano.
- Higienizar é uma questão de saúde.
- Lavar é um problema em muitos lares.
- O veículo é necessário se andar é um problema
En estos casos, el paralelo con la gramática española es también prácticamente transparente, como lo es con muchas lenguas romances. No parecería esconder, al menos desde la perspectiva de la predicción basada en el contraste o comparación entre lenguas, una fuente de errores tan probables en español como sí lo eran ejemplos anteriores, como (7)b.
Con esta base como referencia—la descripción de la opción infinitival más afín a lo visto en otras gramáticas romances, comenzando por la española, pasamos a la opción que realmente nos preocupa y que es de central importancia en la enseñanza/aprendizaje de ELE para aprendientes con L1 romances.
3. Infinitivo pessoal
Esta forma, tan particular de la gramática portuguesa—y tan diferente al español—se caracteriza por involucrar, semánticamente, un sujeto específico o identificable. Un punto clave es que éste tiene realización explícita en la morfosintaxis. En términos básicos, se forma combinando el infinitivo base con morfemas (generalmente enclíticos) con rasgos de persona y número, ilustrados en (5). El segundo punto capital es que la presencia de esta herramienta construccional morfo-sintáctica le permite al hablante de portugués la expresión de un sujeto específico, no sólo no impersonal sino también diferente al del sujeto de la cláusula principal.
- incrementos morfofonológicamente explícitos
-es (tu) 2da persona singular
-mos (nós) 1ra persona plural
-des (vós) 2da persona plural[5]
-em (eles, elas, vocês) 3ra persona singular
El punto capital es que, como anticipábamos, este incremento supone una recuperabilidad del referente muy específica, sobre todo en contraste con la forma disponible en español, que hemos visto arriba (sección anterior). Las formas resultantes se podrían resumir de la siguiente manera, proveyendo un ejemplo de cada conjugación:
(10) | ir | comer | falar |
Eu | Ir | Comer | Falar |
Tu | Ires | Comeres | Falares |
ele/ela/você | Ir | Comer | Falar |
nós | Irmos | Comermos | Falarmos |
vós | Irdes | Comerdes | Falardes |
eles/elas/vocês | irem | comerem | falarem |
Se indica también en las gramáticas, como regla general, que en muchos verbos regulares, el paradigma es fonológicamente idéntico al futuro simple del subjuntivo.
Ciertos detalles morfofonológicos pueden llamar la atención o resultar confusos, como el hecho de que la 1a y la 3ra persona singular presenten formas fonológicamente similares.[6] No obstante, lo mismo sucede, por caso, en el subjuntivo en español mismo (e.g., que yo comiera/que él comiera).
Esto es, podemos notar que la primera y tercera persona del singular no poseen desinencias fonológicamente visibles, sino que se confunden en la realización morfofonologica no sólo entre ellos sino también con el infinitivo no flexionado. No obstante, esto no quiere decir que no cuenten con una marca personal; sino sólo que la marca en estos casos sería cerofónica. En otras palabras, una marca que no por quedar sin realización fonológica identificable no se deduce que no esté presente. Incluso, su referencia puede recuperarse sin conflictos mayores en la secuencia oracional.
Así, lo relevante de la gramática del portugués es que dispone de una herramienta completamente válida y gramatical para lograr el marcado a través de un morfema—ya sea fonológicamente explícito, ya sea cero (fonológicamente nulo). Esto determina, en consecuencia, la posibilidad de lograr, dentro del infinitivo, la realización de un referente distinto de aquél marcado por el sujeto del verbo principal. Esta herramienta es incluso más útil y relevante, en tanto también permite la expresión de un referente enfatizado, planteando en al menos dos niveles una situación suficientemente diferente a la que supone un infinitivo no flexionado. En este sentido, en cuanto a las construcciones enfáticas, el problema del uso del infinitivo pessoal destaca, luego, la necesidad de reconocer la relevancia del sujeto correspondiente al infinitivo flexionado incluso en los casos donde esta flexión es fonológicamente cero. Significativamente, esto es independientemente de que contemos o no con un sujeto explícito, como lo sería un pronombre personal inambiguo o con un morfema cero (Ø) con pronombres de 1ª y 2ª persona singular.
Ahora, a los fines prácticos, veamos cómo se usan y por qué deben importarnos a la hora de asistir a un aprendiente de ELE.
4. ¿Cuándo los hablantes de portugués eligen uno u otro?
Esta pregunta es crucial, como decíamos, tanto a la hora de predecir errores como de poder explicarlos y subsanarlos, de parte del docente ELE.
En estos sentidos, entre muchos otros, saber qué tipo de forma se tenderá a usar en un L1 portugués es importante y en cierta medida, complejo, en tanto que para un hablante nativo español—o de muchas otras lenguas—puede resultar confuso. De hecho, los gramáticos y lingüísticas aún al día de hoy no han llegado a un consenso a la hora de resolver la cuestión de cómo se regula el uso del infinitivo pessoal. En virtud de esto, pasaremos a ofrecer una serie de situaciones donde los problemas—desde la perspectiva de la comparación o contraste con el español—resultan esperables y, también, fáciles de predecir y explicar.
5. Consideraciones finales
Si pensamos en gramáticas tradicionales de referencia, podemos notar tanto puntos en común como claras disidencias.
De acuerdo con Said Ali (1908), y tomando como ilustración ejemplos de Camões, el uso del infinitivo flexionado o infinitivo pessoal es esperable cuando el hablante desea enfatizar o hacer discursivamente prominente el (referente del) sujeto de la construcción infinitiva. También es natural el empleo de la forma flexionada para desambiguar la referencia del sujeto. Consideremos, como ejemplo, la construcción siguiente:
- Não te espantes de a Baccho nos teus Reinos receber-es.
no te espantes de a Baco em tuyos reinos recibir.INF.2sg
‘No temas recibir a Baco en TUS reinos’ énfasis
Para Maurer (1968), por otra parte, lo que falta en reglas propuestas por las gramáticas tradicionales más visitadas, como la de Barbosa, es una clara diferenciación no sólo de las situaciones en las que se elige la forma personal vs. la forma impersonal, sino también de los muchos contextos en los que ambas formas se superponen—esto es, alternan, a veces trivialmente, a veces de manera no trivial.
En su segundo trabajo al respecto, Said Ali (1931) ofrece una lista de casos en los cuales el uso de la forma sin flexión o de la forma flexionada se explican a partir de tres puntos, que podemos resumir de la siguiente manera.
- En términos del verbo principal o subordinante (verbos de percepción, declarativos, de presentación/exhibición, verbos de pensamiento, verbos causativos, etc.)
- En términos del tipo de cláusula con la cual la construcción infinitiva se articula (interrogativas, exclamativas, etc.)
- En términos de la intención del hablante (irritación, vergüenza, temor, esperanza, coerción).
No obstante, tales reglas resultan poco claras y, en cierta forma, estipulativas—sin contar con que la clasificación de los verbos ya supone un problema no aclarado: ¿qué se considera un verbo de exhibición? De hecho, Maurer (1968), quien considera al primer trabajo de Said Ali (1908) una exposición brillante y racional del problema del infinitivo flexionado o pessoal, deja de lado este segundo intento (1931) en la medida en que el enfoque se limita a reglas incompletas y dispersas acerca de la distribución de los distintos infinitivos y las instancias que motivan su uso.
Otro gramático que ha sugerido una representación de (los usos de) el infinitivo no flexionado y el flexionado es Almeida (1965). En su estudio apunta a caracterizar los usos, introduciendo reglas, reconociendo que las reglas propuestas por sus predecesores no logran dar cuenta de una parte significativa de los ejemplos y usos y que, inclusive, muchas veces las pautas se contradicen.
En consecuencia, Almeida (1965) elabora sus propias reglas, distribuidas en cinco grupos:
- Frases verbales compuestas
- Construcciones homologables a las construcciones de infinitivo latinas
- Construcciones infinitivas precedidas por una preposición seleccionada por el verbo, sustantivos o adjetivos,
- Distancia entre el infinitivo y el verbo principal
- Interrogación y exclamación.
Como vemos, entonces, hay puntos en común tanto como diferencias en los intentos de los gramáticos por describir, identificar y limitar el fenómeno, lo que habla de su complejidad y la imposibilidad de abarcarlo extensiva y detalladamente en contextos como éste.
En contraste, y para finalizar, hay no obstante propuestas claras y bastante acertadas de cara a la empiria que podemos tener en cuenta. Un caso es el de Maurer.
En resumen, podemos decir que las reglas de uso del infinitivo pessoal vs. el no flexionado se resumen en tres reglas esenciales:
- El infinitivo no flexionado aparece cuando no hay sujeto identificable o recuperable a partir del contexto—sea gramatical, sea lingüístico, o incluso extralingüístico. En otras palabras, cuando la eventualidad descripta no supone referencia a un sujeto específico, o a ningún sujeto en particular.
- El infinitivo pessoal se usa cuando hay un sujeto identificable o recuperable, independientemente de que se trate del mismo sujeto que el correspondiente al verbo principal.
- Cuando el sujeto del infinitivo y el del verbo principal se correlacionan, la alternancia es trivial—cabe el uso de cualquiera de las dos formas: la flexionada y la no flexionada. Las preferencias por uno u otro son, en gran medida, subjetivas.
[1] Aclaramos que esta presentación es una aproximación con fines puramente prácticos, elaborada en términos muy generales, y fundamentada en lo que hace a la gramática del español en contraste con el portugués.
[2] Podría también darse el subordinante si, de tratarse de una oración dubitativa, caso, por ejemplo, de las interrogativas: ‘Le pregunté si conocía el Museo, quiero saber si […]’
[3] No nos detendremos, de momento, en el análisis de las formas pronominales en lavarse, colocarse, obligatorias en español, no así en portugués, ni en la posición de clítico en el primer caso y libre en el segundo.
[4] Lo cual podría explicar la noción, frecuente en la literatura, de que los hablantes que elicitan estas construcciones implican un contraste, en tanto se asume la posibilidad de alternativas y, en gran medida, la percepción del elicitante.
[5] Considerando que la 2da persona plural vós es raramente usado hoy, especialmente en portugués brasilero, en el texto que sigue nos referiremos a las otras formas consignadas.
Mangialavori, Ma E. 2021. Este obra está bajo una licencia de Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada 4.0 Internacional.